En los setenta años de existencia de nuestra máxima casa de estudios jamás ha habido una mujer rectora; ni aspirante a rectora. Y, desde 1975, no han efectuado elecciones libres; siempre han sido candidatos a rectores
únicos e impuestos, vulnerando así la autonomía de nuestra universidad. Ahora, de nueva cuenta, se violan los derechos constitucionales de los estudiantes y profesores – investigadores universitarios y mi legítimo interés de
participar como candidata a rectora para el periodo 2022-2025 por la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
Y esto pese a que demostré con documentales oficiales que cumplía con las nueve fracciones del artículo 27 del Estatuto Orgánico de la UAT. Presente el plan de desarrollo académico y administrativo, en donde priorizaba la gratuidad de la educación junto a la transparencia en las cuentas públicas. Y, a este interés, por elevar el nivel académico y a la mejora de nuestra universidad se interpuso la ilegalidad en todas las instancias universitarias, al negarme la participación como candidata en la elección del pasado 30 de septiembre, tan solo porque, aunque académica, soy mujer. Por ello promoví juicio de amparo indirecto en el décimo noveno circuito con el No., de expediente 1780/2021, ante el juzgado 2° de distrito, en virtud de que se violaron mis derechos para acceder a la contienda electoral por la rectoría de la UAT, en donde solamente participó un candidato.
La violación estriba en que el diseño normativo de la universidad omite en su Estatuto Orgánico la paridad de
género y anula el derecho de elección para los estudiantes y maestros.
La violación estriba en que el diseño normativo de la universidad omite en su Estatuto Orgánico la paridad de
género y anula el derecho de elección para los estudiantes y maestros.
Por lo que toca a la historia de la UAT nunca había participado ninguna mujer. En mi caso, realicé la solicitud
y dirigí la petición a los 26 Consejos Técnicos de las 26 Dependencias de la universidad. Entregue mi solicitud a
la Junta Permanente con un expediente de161 fojas, en donde se adjuntaron los documentos oficiales expedidos
por la misma universidad y se demostraba que cumplía con las exigencias del estatuto.
Aún con ésto los Consejos Técnicos y la Junta Permanente de la Asamblea Universitaria y la Asamblea Universitaria me negaron la participación, desconociendo el principio de paridad de género en todo proceso electoral incluyendo a la propia universidad.
Ante tanta violación a mis derechos humanos y de género fue que se emitió la suspensión provisional recientemente concedida; se suspende la toma de posesión del rector electo, por el momento en forma
provisional.
Y más allá ¿Qué abrió este acontecimiento? La posibilidad de que en la UAT haya elecciones libres y paridad de género; que se democratice la universidad y que se eleve el nivel académico y la universidad cumpla con su función de servicio público gratuito y que se acabe la cultura de la imposición y el silencio, que florezca un espacio plural y democrático.
El día 3 de noviembre se llevará a efecto la audiencia incidental en donde se puede o no resolver la suspensión
definitiva, o incluso prorrogar el término en razón de que la queja es en contra de todas las instancias de la
universidad que violaron normas constitucionales.
Estarán todas las instancias universitarias ante la justicia federal, ante el juez, este 3 de noviembre desde las nueve de la mañana. Esta histórica, aun no definitiva victoria, es el resultado de un interés social y de buscar el bienestar común de estudiantes y maestros que la justicia federal atiende. No me rendiré, no nos rendiremos. Sufragio efectivo. No imposición: Dra. Luisa Álvarez Cervantes.