La venta ambulante de tortillas en camionetas o motocicletas no está sujeta a la supervisión de la Comisión Estatal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COEPRIS) y los consumidores no tienen la seguridad de la forma en que se elabora este producto de la canasta básica afirmó Serafín Hernández Yépez.
Nadie verifica que su elaboración reúna las mínimas condiciones de seguridad e higiene ni que cumpla con los estándares de calidad como si lo cumplen los dueños de las tortillerías que están debidamente establecidas.
Garantizó que este alimento básico en la gastronomía mexicana tiene un proceso de elaboración sumamente higiénico que está a la vista de los consumidores y de hecho, sale de la maquina directo a las manos de los clientes.
“Eso que están vendiendo en las camionetitas es pura tortilla reciclada, puro desecho más que nada”.
El empresario de la industria de la masa y la tortilla, con casi 50 años de experiencia en el ramo, también puntualizó que a diferencia de los negocios registrados ante la SHCP, la venta ambulante de la tortilla no es una actividad registrada ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), de manera que no están obligados a pagar impuestos.
“Así es nosotros estamos bien reglamentados, cumplimos con todas las normas de higiene, pagamos impuestos, pagamos Seguro Social el producto es de la más alta calidad, el producto va saliendo de la máquina, en cambio las camionetitas esas no saben uno ni en qué condiciones de higiene las hacen o con qué tipo de masa las elaboran”.
No obstante Serafín Hernández sostuvo que para las tortillerías que se ubican de la zona centro, la venta callejera realmente no representa ninguna competencia lo cual no significa que esté de acuerdo en la falta de regulación sanitaria por parte de Coepris.