Los tsaatan son una tribu indígena que se encuentra entre las minorías étnicas más pequeñas del mundo, son considerados los últimos nómadas pastores de renos. En este último siglo esta tribu ha padecido debido al impacto del cambio climático, poniendo en riesgo su cultura y descendencia, además de enfrentar las políticas de conservación del gobierno de Mongolia.
Quiénes son los tsaatan
Los campamentos de tsaatan se encuentran cerca de Siberia, donde viven en tipis y viajan con sus renos a través del bosque boreal. Los tsaatan viven lejos de las carreteras, compartiendo el bosque con cabras montesas siberianas, ovejas argali, ciervos rojos y ciervos almizcleros en peligro de extinción.
Cuando Stalin ganó el poder en lo que entonces era la Unión Soviética, muchos tsaatan en el lado soviético de la frontera huyeron a Mongolia por temor a ser asentados y asimilados por la fuerza. Pero esto también los aisló de gran parte de su tierra tradicional. Hasta 1960 los tsaatan eran personas no reconocidas por el gobierno como residentes legales de Mongolia. Cuando finalmente se les concedió la ciudadanía, algunos comenzaron a establecerse, mientras que otros continuaron migrando con sus renos. Algunos de los nómadas complementaron sus ingresos trabajando para el gobierno de Mongolia, cazando animales para exportar sus pieles.
La desaparición de la Unión Soviética en 1990 y la transición del comunismo en Mongolia a una economía de mercado provocaron una alteración contundente en todo el país. Los mineros comenzaron a explotar la región en busca de oro, jade y uranio, esto contribuyó a un aumento de la caza furtiva de vida silvestre y la degradación de los prados, montañas y arroyos alpinos altos de los que dependen los tsaatan y que consideran sagrados. En el bosque boreal, la lucha por sobrevivir condujo a un aumento de la caza furtiva y, cuando la economía comenzó a recuperarse en la década de 2000, el gobierno luchó por elaborar políticas de conservación que pudieran proteger tanto a las comunidades naturales como a las humanas.
En respuesta a una solicitud de los tsaatan, en 2011 el gobierno de Mongolia estableció un Área Protegida Especial y canceló las 44 licencias mineras en la región. Pero el gobierno también fue más allá: preocupado por la caza furtiva y la pérdida de hábitat, eliminó también la caza y la pesca, y excluyó a los renos de la mayor parte del área. Hoy en día, alrededor de 250 tsaatan pastorean alrededor de 2 mil renos. Pero en lugar de comerse a sus renos, como hacen otros pastores de renos, los tsaatan los ordeñan, los montan y los utilizan como animales de carga, utilizando su carne como alimento en ocasiones extremas de hambruna.
Amenazas de los hombres reno
El cambio climático es quizás la amenaza más conocida para las culturas nómadas de Mongolia. En las últimas siete décadas, las temperaturas medias en el país han aumentado más del doble del promedio mundial. Este calentamiento ha intensificado tanto las sequías estivales como las condiciones extremas del invierno, lo que ha contribuido a que oleadas de pastores nómadas abandonen sus rebaños y se trasladen a la ciudad capital de Ulaanbataar. En las últimas décadas, la ciudad ha tenido que lidiar con la llegada de más de 600 mil migrantes. Un auge de la minería ha estimulado la economía de Mongolia y ha ofrecido empleos a algunos de los ex nómadas, pero también ha empeorado la contaminación por carbono, la migración urbana y la presión sobre los ecosistemas. Los tsaatan están preocupados por el cambio climático y la minería, pero creen que las políticas de conservación equivocadas son la amenaza más seria para su cultura.
Las restricciones al acceso a los pastos han tenido un impacto aún mayor. En lugar de las frecuentes migraciones estacionales, ahora a los nómadas solo se les permiten cuatro, lo que provoca un sobrepastoreo y una peor salud de los renos. Los miembros de la comunidad también se han quejado de las formas en que los guardabosques locales hicieron cumplir las regulaciones del Área Especial Protegida: rastreando sus movimientos con cámaras, multándolos, obligándolos a viajar durante días a la aldea para pedir permiso para mover sus rebaños y encarcelando a cualquier persona atrapada cazando.
Mantener a los pastores nómadas de renos en Mongolia y al mismo tiempo proteger la vida silvestre en peligro de extinción requiere que el gobierno reconsidere las políticas de conservación que excluyen a las comunidades humanas y los medios de vida de las áreas protegidas. Los renos han sido fundamentales para las culturas del norte durante milenios. Hoy en día, también ayudan a frenar el cambio climático, porque su pastoreo reduce la cubierta oscura del suelo que absorbe el calor en los inviernos.