La vacunación en todas las etapas de la vida es esencial para una vida sana y un envejecimiento saludable. No solo previene enfermedades, sino que también protege de complicaciones consecuencia de las enfermedades que se previenen. De hecho, la aprobación del calendario vacunal a lo largo de la vida supuso un cambio de paradigma, sin embargo, la vacunación en adultos es todavía hoy un gran desafío, pues el sentir general asocia esta herramienta terapéutica con la infancia o a personas pertenecientes a grupos de riesgo.
En este contexto, elEconomista organizó el pasado miércoles, en colaboración con GSK, un encuentro virtual que reunió a distintos expertos del sector, con el objetivo de abordar la vacunación como parte de una sociedad más sostenible. El observatorio contó con la participación de distintos especialistas: Ana Hernando, directora de Relaciones Institucionales del área de vacunas de GSK España; Ignacio Delgado Mingorance, jefe de sección de Oncología Médica del Hospital Don Benito-Villanueva y Corresponsable de la Unidad de Ensayos Clínicos del Hospital Universitario de Badajoz; Cristina Fernández Pérez, jefa de Servicio de Medicina Preventiva del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS); Elena Andradas, directora General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid; y Javier Ruiz-Tagle, director de EcoSalud, en calidad de moderador del encuentro.
Los expertos coincidieron en la importancia de la concienciación de las vacunas como pilar clave para la prevención de distintas enfermedades, no solo en la población infantil sino también en la adulta. Pero ¿qué vacunas tienen a disposición los adultos? En este sentido, Cristina Fernández, jefa de Servicio de Medicina Preventiva del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago destacó que «cuando uno es adulto tiene determinadas patologías por la propia edad, que conllevan un riesgo, sobre todo con las enfermedades de tipo infeccioso».
Con respecto a la población, reprochó Fernández, «incidimos poco en motivar y que la gente realmente sepa cuáles son las vacunas y en qué momento tienen que ponérselas». «Únicamente se ha hecho una campaña de concienciación con la gripe, pero solo para personas vulnerables». Y «existe un amplio espectro de situaciones en el cual se recomiendan las vacunas». Lo primordial, según Fernández, «es concienciar a los profesionales sanitarios de la importancia que tiene revisar el calendario vacunal durante toda tu vida, para posteriormente «concienciar a la población». Ana Hernando, directora de Relaciones Institucionales del Área de Vacunas de GSK España apuntó a conceptos como inmunosenescencia o inmunosupresión; e incidió en lo necesario que es para los programas de inmunización «que se produzca un diálogo continuado entre las autoridades de la Salud Pública y los productores, que permita definir la demanda de dosis de vacunas de nuestro país y con ello asegurar el éxito en la implementación de los programas de vacunación».
«Para el éxito de la inmunización es muy necesaria la colaboración de los distintos sectores»
«Tenemos que pensar que equivocarnos en las predicciones puede suponer que nos quedemos cortos o que nos pasemos de largo, y ni una cosa ni la otra son admisibles, ni desde el punto de vista de la responsabilidad de un negocio sostenible ni tampoco desde la responsabilidad que tienen las autoridades de garantizar la protección de la Salud Pública», destacó.
En el caso de los pacientes inmunodeprimidos (cuando se reduce su capacidad de defensas para combatir infecciones y otras enfermedades); Ignacio Delgado Mingorance, jefe de la sección Oncología Médica del Hospital Don Benito-Villanueva explicó que la vacunación en este tipo de pacientes de riesgo es «primordial», pues «se van a evitar complicaciones en los tratamientos que estén siguiendo».
Pacientes inmunodeprimidos
Así, señala Delgado a modo de ejemplo, en el caso de la gripe, «la mortalidad es 10 veces mayor en un paciente que tenga cáncer de un paciente de la población general»; en el caso del herpes zóster «el riesgo es hasta cuatro veces mayor». «Nuestros pacientes están concienciados del valor de la vacunación pero la recomendación por parte del oncólogo es fundamental», explicó Delgado. En línea con esto, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), recomienda que «todos nuestros pacientes tengan una tercera dosis puesta contra la Covid-19, una vacunación frente a la gripe, frente al neumococo y frente al herpes zóster y contraindica vacunas con virus atenuados como la fiebre amarilla o la fiebre tifoidea», ya que pueden «provocar una infección en el cuerpo a pacientes inmunodeprimidos», aclaró.
«Tenemos la oportunidad de no producir en nuestros pacientes una complicación peor»
Un tratamiento con quimioterapia, inmunoterapia o con terapias dirigidas contra el cáncer puede provocar «una bajada de defensas, la inmunosupresión del sistema inmune, debilita la capacidad de reaccionar y protegernos frente a una infección», explicó Delgado. Por lo que «si vacunamos a nuestros pacientes evitamos el riesgo de complicaciones de, por ejemplo, la gripe, el neumococo o la reactivación del virus del herpes zóster, evitaremos tanto efectos secundarios como grandes complicaciones en el tratamiento», detalló.
En esta línea, Elena Andradas, directora General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid destacó que desde la región «son defensores de la vacunación a lo largo de la vida desde hace bastantes años».
A su vez, incidió en que «la vacunación no es un proceso que finalice con la adolescencia, sino que debe realizarse y complementarse a lo largo de la edad adulta por el beneficio que produce en los ciudadanos».
En el contexto actual de pandemia, Andradas destacó la importancia del «mapeo» de la CAM para personas con factores de riesgo que «pueden beneficiarse de una dosis de recuerdo de vacuna frente al Covid-19 (en los casos en los que está indicado)». Como innovación, destacó, «lo que hacemos es contactar con ellas e informarles de las vacunas que hay a su disposición, así como proporcionarles una cita médica».
Las plataformas de teleconsulta, el monitoreo remoto de pacientes y la comunicación a distancia permiten el manejo de la asistencia médica, y facilitan el seguimiento domiciliario de los pacientes. Estos mismos mecanismos, integrados con los registros electrónicos de salud y los sistemas locales y nacionales de información, permiten y facilitan las referencias al nivel hospitalario de los pacientes con factores de riesgo.
En lo que respecta a la innovación de vacunas, la directora general de Salud Pública destacó que a partir del acuerdo que se alcanzó en el Consejo Interterritorial ya han adquirido «la nueva vacuna frente al herpes zóster», a la que hacía referencia el doctor Delgado. Y «hemos contactado con todos los hospitales, ya sean públicos o privados, empezando a distribuirlas en medicina preventiva».
En este sentido, el jefe de la sección Oncología Médica del Hospital Don Benito -Villanueva, destacó «la gran labor de la atención primaria», pues la gestión de los casos es esencial para asegurar la continuidad de la atención. De acuerdo con la organización territorial, se debe establecer de manera particular la coordinación de la atención, una función vital para el seguimiento de los casos ya sean de Covid-19 o de cualquier otra enfermedad.
Cadena de suministro
Lo primero que hay que entender, aclara la directora de Relaciones Institucionales del área de vacunas de GSK es que «las vacunas son productos biológicos elaboradas a partir de organismos vivos, por lo que su ciclo de desarrollo y producción es muy diferente y mucho más complejo que el de los medicamentos tradicionales».
Esta complejidad del proceso de producción de vacunas «hace que sea muy lento, que esté muy regulado por las autoridades sanitarias y que tenga que experimentar muchos controles de calidad», que redundan «en un alargamiento de ese proceso».
Como ejemplo, Hernando destacó que la producción de algunas vacunas puede durar «hasta más de 30 meses». Y toda esta complejidad, incrementa, además «el riesgo de que se produzcan posibles problemas o incluso que fracase la producción en un momento dado», lo que supondría «la retirada de lotes con el consiguiente impacto en los programas de vacunación de un país o incluso a nivel mundial».
«El proceso de fabricación de las vacunas requiere unas instalaciones específicas para cada vacuna, una gran inversión económica y unos conocimientos técnicos muy exigentes y cualificados»
Asimismo, recalcó que «el proceso de fabricación no se puede hacer en cualquier sitio ni lo puede hacer cualquiera», «pues requiere unas instalaciones específicas para cada vacuna, una gran inversión económica y unos conocimientos técnicos muy exigentes y cualificados». La fabricación, explicó «empieza por la producción del antígeno y acaba con la distribución que va a llevar esas vacunas a las neveras de los centros de vacunación».
En estos meses, destacó la directora de Relaciones Institucionales del área de vacunas de GSK España, «la industria ha dado una respuesta extraordinaria donde ha establecido cientos de acuerdos que han permito hacer el escalado de la producción, hasta llegar a las 10.000 millones de dosis de vacunas contra la Covid-19, que ya han sido administradas a nivel mundial».
«Tenemos que ser conscientes de que si hay algún problema puede producirse una enorme crisis sanitaria»
Aunque, admite que «tenemos que ser conscientes de que si hay algún problema puede producirse una enorme crisis sanitaria o la paralización o ralentización de la vacunación a nivel nacional o internacional», dependiendo del contexto. Como ocurrió en el año 2015, explicó Andradas, durante su etapa en el Ministerio de Sanidad, con el desabastecimiento de la vacuna DTaP (difteria, tétanos, tos ferina), en el que gracias a una «primordial» colaboración entre empresas y laboratorios pudo solventarse. «Unos meses muy duros, pero en los que gracias a la coordinación y al trabajo en grupo pudimos lograr que España tuviera todas las dosis requeridas».
En este caso, destaca Hernando, «algunas vacunas tienen más de 200 componentes en el producto final», por lo que requieren cadenas de suministro «bien engrasadas» y poner de acuerdo «a cientos de productores de distintas materias primas», en las que «han influido acontecimientos políticos como el Brexit», «la crisis en el sector del transporte», «el encarecimiento de los combustibles», etc… Y esto, «nos obliga a las empresas biotecnológicas que producimos vacunas a poner en marcha planes de contingencia específicos».
«Las vacunas son una de las mejores herramientas que tenemos para invertir en salud»
Con todo, los expertos lanzaron un mensaje de concienciación para vacunar a la población, pues «poniéndote una vacuna no solo salvas tu vida sino la de generaciones futuras», como apuntaban, sino que es un «bálsamo» para el sistema sanitario, que le hace ahorrar «en sufrimiento y gasto». Aun sí, los expertos coincidieron en que «hemos aprendido en esta pandemia cosas de las que antes no éramos conscientes, como ha sido la higiene de manos o el uso de la mascarilla para prevenir otras enfermedades», como recordó la jefa de Servicio de Medicina Preventiva del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago.
«Las vacunas son una de las mejores herramientas que tenemos para invertir en salud»
«Con el solo gesto de vacunarse», concluyó Delgado «podemos evitar un drama familiar y la pérdida de una vida», «las vacunas están para ayudarnos», sentenció. Por su parte Andradas, destacó que las vacunas «son la mejor inversión en salud» y que «los profesionales sanitarios son claves a la hora de informar a los ciudadanos» de los beneficios que puede aportar esta herramienta terapéutica.
Aparte de ser «el pilar sobre el que se sustentan las políticas de salud pública», incidió Hernando, «son la intervención junto a la potabilización del agua más coste eficiente que existe», porque «con menor inversión económica se consiguen mejores resultados en salud», en «términos de disminución de ingresos hospitalarios, de la mortalidad, de la discapacidad y de costes indirectos».