La española Ángeles Durán dice que el Sol es de su propiedad desde el año 2012 y desde entonces la polémica la ha acompañado, pues busca obtener dinero por él.
Ángeles Durán, una mujer originaria de Vigo, España ha causado controversia en los últimos 10 años, pues desde entonces asegura que es la dueña legítima del Sol y busca cobrar impuestos por él.
Quizá parezca una locura, pero Durán registró al Sol ante un notario, ya que, de acuerdo con el Tratado del Espacio Exterior de 1967, legalmente se impide únicamente al gobierno reclamar la propiedad de cuerpos celestes, por lo que en teoría ciudadanos comunes sí lo pueden hacer.
Después de que hiciera este trámite legal, la mujer no perdió la oportunidad de sacar provecho a la situación y un año después, en el 2013, puso a la venta terrenos de Sol a través de eBay para que más personas tengan un pedazo de este.
Luego de darse a conocer que la propietaria lucrara con la estrella, dicha empresa cerró su cuenta para que no pudiera vender partes del Sol, por lo que ella los demandó sin éxito.
«Alegan que no es nada tangible y no se puede vender, pero es un producto real», dijo a El Mundo en 2015.
En distintas entrevistas ha dicho que su ‘plan de negocios’ es distribuir el dinero que obtenga en 4 partes: 50% para el gobierno español, 20% para un fondo de pensiones, 10% a la investigación, 10% para terminar con el hambre mundial y el otro 10% para ella.
Su argumento para atribuirse dueña legítima del Sol es que la ONU reconoce la existencia del derecho espacial, pero las empresas se han beneficiado de este, por lo que Durán busca evitar que las industrias no se aprovechen de la estrella.
Otra situación muy curiosa y un tanto absurda es que al saber que la mujer es dueña del Sol, algunas personas han querido demandarla por los daños a la piel que este les ha provocado, pero no han tenido éxito, ya que su abogado mencionó que como los rayos solares tardan en llegar millones de años a la Tierra, no se puede proceder.
Y no es la primera vez que este tipo de situaciones salen a la luz, pues hubo un caso parecido con el estadounidense Dennis Hope, quien supuestamente vendió parcelas de la Luna, Marte y Venus durante 20 años.